Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) surgieron en el año 2006 como una agrupación de economías emergentes que buscaban mejorar sus vínculos comerciales y políticos a nivel global, este bloque fue establecido con la intención de desafiar la hegemonía de Occidente, con un enfoque particular en la dominación de Estados Unidos en las instituciones financieras y políticas internacionales.
A pesar de su creciente influencia y la expansión de su membresía, todavía enfrentan muchos desafíos que limitan su capacidad para ofrecer una alternativa al sistema comercial global liderado por Estados Unidos. Las diferencias culturales, políticas y económicas entre los países del grupo, junto con su dependencia del dólar y las instituciones financieras globales, hacen que el desafío al dominante Estados Unidos en la política económica internacional sea complicado, Los BRICS pueden haber logrado algunos avances en términos de integración y cooperación, pero aún queda un largo camino por recorrer para convertirse en un contrapeso efectivo al sistema predominante.
El comercio global sigue dominado en gran medida por Estados Unidos y sus aliados, a pesar de los intentos por establecer acuerdos comerciales entre sus miembros, los resultados son limitados en comparación con el comercio que realizan los países occidentales. En 2023, se estimó que los BRICS representan aproximadamente el 18% del comercio global, una cifra que, aunque significativa, todavía está muy por debajo de la influencia de las economías avanzadas.
En cuanto ciencia, tecnología e innovación, es casi imposible superar el desarrollo tecnológico de Estados Unidos, incluyendo la industria militar, debido a ello siempre existirá un rezago de parte de China y de otros países, visiblemente siempre han estado presentes un gran número de estudiantes chinos en grandes universidades estadounidenses como el MIT, debido a que sus universidades no ofrecen el mismo grado de conocimiento, desarrollo e innovación.
Dentro de los esfuerzos por diversificar sus transacciones comerciales y fomentar el uso de monedas locales entre los miembros, los BRICS aún dependen en gran medida del dólar estadounidense para el comercio internacional, esta dependencia limita su capacidad para crear un sistema alternativo que puede desafiar la hegemonía del dólar y, por lo tanto, el dominio económico de Estados Unidos.
Los BRICS enfrentan desafíos internos significativos que limitan su eficacia como bloque, existen diferencias políticas y económicas entre sus miembros, lo que dificulta la toma de decisiones estratégicas. Por ejemplo, las tensiones históricas entre India y China son un obstáculo que puede perjudicar la cohesión del bloque. También se presentan otros inconvenientes serios como las sanciones que tiene algunos de los países que lo integran, como Rusia, China e Irán, en el caso de Rusia, que transparente puede ser, o que tan confiable es una nación que agredió a otra sin causa, creando un conflicto devastador para Ucrania.
La reciente expansión del grupo, que incluye nuevos miembros como Arabia Saudita e Irán, ha sido vista como una estrategia para incrementar su influencia global. Sin embargo, estos nuevos miembros también traen consigo diferentes agendas e intereses que pueden complicar la dinámica del grupo, en el caso de Irán la financiación de grupos terroristas y su papel desestabilizador en medio oriente.
Propuestas de una moneda alternativa
Las discusiones en 2023 sobre la creación de una moneda única que reemplace al dólar han sido recurrentes, pero no se han concretado en acciones efectivas, los líderes de los BRICS han expresado su deseo de reducir la dependencia del dólar, pero crear una moneda común es complicado debido a las diferencias económicas entre los miembros. ¿Además, como podrían mantener un valor estable y consolidar una moneda fuerte sin el apoyo de un sistema financiero consolidado como el ya existente dentro del sistema económico de occidente? Mas complejo aun, es que sería una moneda marginada que no operaria en la Unión Europea, en algunos países asiáticos, en otros suramericanos y menos en Canadá y Estados Unidos.
En el caso de la Unión Europea han iniciado un movimiento inclinado a la autosuficiencia energética y que antes existía alguna dependencia de Rusia, por otro lado, están buscando el proteccionismo a sus economías implementado aranceles en algunos productos como los autos eléctricos, todo esto es un indicativo que los BRICS no serán parte de una Europa que está busca la protección de sus intereses.
Analistas sostienen que la expansión del grupo puede ser beneficiosa, pero también advierten que las diferencias profundas entre los países miembros podrían hacer que se concentren más en sus relaciones bilaterales que en objetivos comunes, esto plantea la pregunta de si los BRICS realmente pueden ofrecer una alternativa robusta al orden comercial dirigido por Estados Unidos.
Los miembros del BRICS tienen control sobre una proporción considerable de los recursos naturales del mundo, lo que podría proporcionarles una ventaja estratégica, pero el éxito en el uso de estos recursos para influir en el comercio global depende de su capacidad para actuar de manera unida y coherente, este es el talón de Aquiles.
La cumbre de agosto de 2023
Durante la cumbre de agosto de 2023, los BRICS discutieron temas relevantes, incluyendo la expansión de los miembros y el potencial de influencia en Medio Oriente, estas discusiones no han llevado a conclusiones concretas que refuercen su posición en el comercio internacional. La falta de una visión clara puede debilitar aún más sus esfuerzos para ser un contrapeso a Estados Unidos.
Los BRICS han sido críticos con las políticas de Estados Unidos y sus aliados, pero la realidad es que aún están lejos de establecer una diplomacia que pueda contrarrestar eficazmente el poder de Occidente, sin un enfoque coordinado y estratégico en sus relaciones internacionales, la influencia de Estados Unidos y sus aliados no será fácilmente desafiada.
Si bien la economía combinada de los BRICS es considerable, este número se ve opacado por las gigantescas economías de los países del G7. Las diferencias económicas dentro del grupo pueden llevar a tensiones que afecten su capacidad para actuar como una coalición sólida.
A largo plazo, su futuro dependerá de su capacidad para encontrar un terreno común y cooperar de manera más efectiva en áreas críticas como el comercio y la economía. Si continúan los conflictos internos y la falta de dirección, los BRICS podrían ser incapaces de proporcionar una alternativa significativa al sistema actual.
Finalmente, cabe reflexionar sobre el rol que los BRICS pueden desempeñar en el futuro del comercio global, a medida que el mundo se vuelve más multipolar, las dinámicas del poder comercial pueden cambiar, pero no hay garantía de que los BRICS puedan ocupar un lugar preeminente en este nuevo orden, a menos que puedan solidificar su unidad y definir una visión estratégica clara que los distinga en el ámbito internacional.