Un año y medio después de asumir la presidencia argentina en medio de una profunda crisis económica, Javier Milei enfrenta un escenario que su gobierno califica como “un viraje histórico” en las finanzas públicas y el rumbo económico del país, aunque los datos macroeconómicos muestran avances significativos en materia de inflación, empleo y crecimiento, persisten críticas sobre el impacto social de sus políticas, especialmente en los sectores más vulnerables.
Según reportes oficiales y análisis independientes realizados, Argentina ha logrado reducir la tasa de inflación anual desde niveles superiores al 200% al inicio de su mandato hasta cerca del 40%, consolidando así el primer proceso sostenido de estabilización en casi tres décadas, esta desaceleración en los precios se atribuye principalmente a la eliminación de subsidios, el ajuste fiscal y la liberalización de ciertos mercados, medidas impulsadas dentro del programa económico de Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo.
El presidente argentino aseguró recientemente que «10 millones de argentinos salieron de la pobreza» gracias a la caída de la inflación y la reactivación de sectores productivos clave.
Desde comienzos de 2024, el PIB argentino comenzó a mostrar signos de recuperación, registrando un crecimiento promedio del 3,5% en el último año sectores como la construcción, la industria automotriz y el comercio exterior lideran este repunte, especialmente en regiones cercanas a las fronteras con Brasil y Chile, donde el intercambio comercial ha cobrado dinamismo. El mercado laboral también presenta señales positivas, el desempleo a descendido al 6,3% en el primer trimestre de 2025, según datos del INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos).
“El plan Milei resucita la economía real de Argentina, hay sectores que han percibido mejoras, especialmente aquellos vinculados al comercio exterior, la tecnología y servicios privados, una de las banderas principales del gobierno de Milei ha sido la reforma institucional y la reducción del tamaño del Estado. Desde el primer día de su gestión, presentó proyectos destinados a privatizar empresas públicas, eliminar ministerios y modificar leyes laborales vigentes, si bien algunas de estas iniciativas han sido aprobadas parcialmente en el Congreso, otras han enfrentado fuertes obstáculos legislativos y movilizaciones sociales.
Entre las reformas figuran la fusión de varios ministerios en una sola cartera, la eliminación de programas sociales emblemáticos y la reestructuración del sistema científico-tecnológico del país. La comunidad científica argentina se movilizó en varias ocasiones durante 2024 para protestar contra los recortes en fondos destinados a investigación y desarrollo, considerados fundamentales para el futuro tecnológico del país.
En el ámbito internacional, el gobierno argentino ha recibido apoyo de entidades financieras globales, incluyendo el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes ven en las reformas de Milei un camino hacia la estabilidad fiscal. Un reconocido periódico británico aseguró en abril pasado que el presidente está cerca de “convertir a Argentina en una economía normal”, destacando la capacidad del país para atraer inversión extranjera tras años de volatilidad cambiaria y restricciones al mercado de capitales.
Expertos advierten que la recuperación actual dependerá en gran medida de la evolución del acuerdo con el FMI, cuyo nuevo esquema financiero busca consolidar una senda de estabilidad sin sacrificar el crecimiento, a pesar de los avances, persisten dudas sobre cómo afectará este pacto al gasto público y qué consecuencias tendrá en los próximos años para los sectores más desfavorecidos.
El cepo cambiario, ¿hacia su desaparición?
Uno de los temas más sensibles en la agenda económica es el control de cambios, conocido localmente como “cepo cambiario”, este mecanismo limita la compra de dólares y tiene como objetivo preservar las reservas internacionales del Banco Central, durante su campaña electoral, Milei prometió eliminar rápidamente esta herramienta, afirmando que sería fundamental para relanzar la confianza en la economía argentina.
Aunque en julio de 2024 aseguró que cuando se cumplan las condiciones necesarias, se levantaría el control, hasta ahora no hay señales concretas de que esto ocurra en breve, La incertidumbre generada por la continuidad del cepo ha generado tensiones tanto en el sector empresarial como entre los inversores extranjeros. Analistas financieros señalan que mientras persista esta restricción, seguirán existiendo distorsiones en el mercado cambiario que afectan la competitividad del sistema productivo argentino.
El propio presidente dijo en un foro con empresarios en mayo de 2025 que “Argentina está barata, es una oportunidad de compra”, luego de hacer un repaso por las reformas implementadas y los avances en el control del déficit fiscal. No obstante, muchos inversionistas esperan mayor claridad en la política monetaria antes de realizar grandes apuestas en el mercado local.
Javier Milei encabeza un experimento económico sin precedentes en Argentina, sus partidarios lo ven como un salvador que rompió moldes y logró detener la sangría inflacionaria, sus detractores lo acusan de aplicar un modelo cruel que sacrifica a los más pobres en nombre de la estabilidad financiera.
Lo cierto es que, en medio de un mundo marcado por la guerra comercial, conflictos geopolíticos y volatilidad financiera, Argentina parece haber encontrado un punto de equilibrio temporal, pero la pregunta que muchos se hacen es si esta recuperación será sostenible a largo plazo, o si, por el contrario, terminará agotándose ante la ausencia de políticas inclusivas que permitan compartir los beneficios del crecimiento con toda la población.
Mientras el debate continúa, la historia económica argentina escribe una nueva página, esta vez bajo la impronta de un presidente que no teme a las rupturas, pero que debe aprender a gobernar entre luces y sombras.
Finalmente, sin Milei, el panorama de Argentina hubiese sido terrible, la izquierda que gobernó año tras año consumía al país que navegaba por la incertidumbre.