El 27 de marzo de 1999, durante la campaña de la OTAN contra Yugoslavia, un F-117 Nighthawk, el icónico caza furtivo estadounidense fue derribado sobre Serbia, este evento marcó un hito en la historia militar, fue el primer y único F-117 en ser abatido en combate. Pero más allá de su derrota táctica, el incidente generó rumores persistentes sobre cómo los restos del avión podrían haber influido en el desarrollo de tecnologías de stealth por parte de rivales de Estados Unidos, hoy dos décadas después modelos como el Chengdu J-20 (China) y el Sukhoi Su-57 (Rusia) son señalados como posibles beneficiarios de ese legado tecnológico, aunque las evidencias concretas siguen siendo objeto de debate entre expertos, ambas naciones no tenían el potencial tecnológico para la tecnología furtiva y no habría dudas que el F-117 hizo parte de los proyectos que culminaron en el J-20 y el SU-57.
En la actualidad hay dudas si realmente estas aeronaves supuestamente furtivas tienen esta capacidad, especialmente el SU-57. Por otro lado, la tecnología que pudo haberse obtenido en 1999 hoy es obsoleta.
Con el desarrollo de F-22 Raptor y el F-35 posteriormente se crearon mejores recubrimientos adsorbentes de ondas de radar de ultima generación, mejorar cada proyecto que implique tecnología furtiva es un desafío constante ante nuevas tecnologías de radar.
El F-117: Un Legado de Stealth y Vulnerabilidad
El F-117 Nighthawk fue pionero en la aplicación de tecnologías de furtividad gracias a su diseño facetado y materiales absorbentes de radar. Pero, su derribo en 1999 demostró que ni siquiera este avión era invulnerable, según informes desclasificados, los defensores yugoslavos lograron detectarlo aprovechando sus brechas en emisiones de radar y modificando tácticas para operar bajo condiciones específicas.
Tras el incidente surgieron especulaciones sobre el destino de los restos del avión, algunos analistas sugirieron que partes del F-117 fueron recuperadas por Serbia y posteriormente accedidas por agentes chinos y rusos, lo que habría acelerado el desarrollo de sus propios programas de aviones furtivos, no hay pruebas concluyentes, la coincidencia en el tiempo del derribo y el lanzamiento de proyectos como el J-20 (cuyo prototipo se presentó en 2011) y el Su-57 (cuyo primer vuelo fue en 2010) ha alimentado estas teorías.
El Chengdu J-20: El Dragón Invisible
El J-20, apodado Mighty Dragon (Dragón Invencible), es el primer caza de quinta generación desarrollado por China, diseñado para competir con aviones como el F-22 Raptor y el F-35, el J-20 prioriza la furtividad y la velocidad, características heredadas conceptualmente del F-117, aunque con un enfoque moderno y adaptado a las necesidades de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF).
Según análisis comparativo, el J-20 destaca por su bajo coeficiente de radar cross-section (RCS), lo que lo hace difícil de detectar por sistemas convencionales, su diseño interno permite transportar armamento en compartimientos ocultos minimizando su firma electromagnética, críticos señalan que su capacidad de maniobra es inferior a la de cazas como el Su-57, ya que su estructura está optimizada para misiones de largo alcance y ataques precisos, no para duelos aéreos ágiles.
En cuanto a la influencia del F-117, algunos expertos apuntan que ciertos elementos del J-20, como su geometría angular y el uso de materiales compuestos podrían haberse inspirado en el estudio de los restos del Nighthawk. No obstante, la mayoría coincide en que China ha desarrollado su tecnología stealth de forma autónoma, combinando conocimientos locales con inteligencia adquirida a través de otros canales, como el espionaje industrial o el análisis de sistemas extranjeros.
El Sukhoi Su-57: El Felón.
El Su-57 (conocido como «Felon» por la OTAN) representa la respuesta rusa al dominio aéreo occidental, a diferencia del J-20, el Su-57 no se enfoca exclusivamente en la furtividad, sino en un equilibrio entre manejo ágil, versatilidad y capacidades de combate a corta y media distancia.
Equipado con motores Saturn AL-41F1 que permiten velocidades supersónicas (Mach 2.0) y un rango operativo de 2,200 millas, el Su-57 está diseñado para misiones múltiples, desde interceptar cazas enemigos hasta atacar objetivos terrestres o marítimos, su enfoque en la super- maniobrabilidad lo diferencia de los diseños centrados en stealth, aunque también ha sido criticado por su RCS relativamente alto comparado con el J-20 o el F-35.
En cuanto a su conexión con el F-117, no hay indicios claros de que Rusia haya obtenido información significativa de los restos del avión derribado. Sin embargo, el programa Su-57 ha evolucionado integrando lecciones aprendidas de conflictos recientes y mejorando gradualmente sus capacidades stealth mediante actualizaciones en materiales y sensores .
Comparativa Técnica y Estratégica
Ambos aviones reflejan las prioridades geopolíticas de sus países, el J-20 está orientado a proyectar poder en el Pacífico y contrarrestar la presencia estadounidense en la región, el Su-57 busca mantener la relevancia de Rusia como exportadora de tecnología militar y reforzar su defensa ante amenazas en Europa del Este .
Desde el punto de vista técnico:
Furtividad: El J-20 supera al Su-57, gracias a su diseño interno y menor RCS.
Maniobrabilidad: El Su-57 domina en este aspecto, con capacidades de giro y control superiores.
Armamento: Ambos pueden transportar misiles de largo alcance (como el PL-15 en el J-20 y el R-77 en el Su-57), pero el chino tiene más espacio interno para carga .
A pesar de las especulaciones, la relación directa entre el F-117 derribado en Serbia y los diseños actuales del J-20 o el Su-57 sigue siendo factible, es poco creíble que China y Rusia no hubiesen tenido interés en una gran oportunidad para analizar y obtener muestras de los materiales del F-117 de primera mano, tampoco podemos asegurar que tantas partes pudieron recuperarse y estar en condiciones para realizar ingeniería inversa. Los avances en stealth entre los años 2000 y 2010 fueron impulsados globalmente por la disponibilidad de software de simulación avanzada, materiales compuestos y colaboraciones internacionales.
El derribo del F-117 sirvió como recordatorio de que ninguna tecnología es invulnerable y motivó a rivales de Estados Unidos a invertir en contramedidas y sistemas alternativos. En este contexto, tanto China como Rusia aprovecharon el evento para reforzar sus programas de defensa. Mientras Estados Unidos a casusa del incidente mejoro aún mas la tecnología furtiva,
Estados Unidos sigue liderando la carrera de stealth con el F-35 y el futuro F-47, el J-20 y el Su-57 representan un desafío creciente, ambos cazas simbolizan la capacidad de sus respectivas naciones para competir en un escenario multipolar, donde la tecnología ya no es monopolio occidental.
En resumen, aunque el F-117 derribado en 1999 puede haber sido una pieza en el rompecabezas tecnológico para el J-20 y el Su-57, también hubo innovación local para todo este proceso que de una u otra forma llegaría, la innovación constante es lo que finalmente se requiere para evolucionar.