Operación martillo de medianoche, el audaz ataque de EE. UU. contra el programa nuclear iraní.

En la madrugada del 22 de junio de 2025, Estados Unidos ejecutó una operación militar sorpresa contra tres instalaciones nucleares clave en Irán: Fordow, Natanz e Isfahan, Bautizada como Operación Martillo de Medianoche, esta acción marcó un punto de inflexión en el conflicto entre Irán e Israel, con EE. UU. asumiendo un rol directo en apoyo a su aliado. La operación desplegó más de 125 aviones, incluidos siete bombarderos stealth B-2 Spirit, y un submarino que lanzó misiles Tomahawk, logrando un ataque de precisión sin precedentes.

El conflicto entre Israel e Irán centrado en las ambiciones nucleares de este último alcanzó un punto crítico en junio de 2025, el 13 de junio Israel lanzó la Operación León Ascendente, un ataque preventivo contra Teherán y otras ciudades iraníes para desbaratar un supuesto plan de ataque iraní y frenar su programa nuclear, Irán afirmó que su programa nuclear tenía fines pacíficos, la comunidad internacional liderada por EE. UU. e Israel, lo veía como una amenaza existencial.

La respuesta iraní no se hizo esperar, misiles iraníes impactaron un hospital en el sur de Israel y provocaron incendios en Tel Aviv, a pesar de que la tecnología estadounidense permitió a Israel interceptar el 99% de los proyectiles, estos ataques intensificaron la presión sobre EE. UU., principal aliado de Israel, que proporciona miles de millones de dólares en ayuda militar anual, la decisión de intervenir directamente reflejó la percepción de que el programa nuclear iraní representaba un peligro inminente para la seguridad nacional estadounidense y la estabilidad regional.

Ejecución de la Operación Martillo de Medianoche

La Operación Martillo de Medianoche fue un ejemplo de planificación militar meticulosa y ejecución impecable, el Pentágono mantuvo un secretismo absoluto, notificando al Congreso solo después de que los aviones estuvieran fuera de peligro.

Los B-2 Spirit despegaron desde la Base Aérea de Whiteman, Missouri, en un vuelo de 18 horas que requirió múltiples reabastecimientos en el aire, para despistar a Irán algunos B-2 volaron hacia el Pacífico, mientras el grupo principal cruzaba el Atlántico y el Mediterráneo, al llegar al Medio Oriente los bombarderos se unieron a cazas y aviones de apoyo estadounidenses en una maniobra coordinada.

Los B-2 lanzaron 14 bombas GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP) diseñadas para destruir instalaciones subterráneas, marcando su primer uso en combate en la instalación de Fordow enterrada bajo las montañas Zagros, recibió dos MOP, mientras que Natanz e Isfahan fueron golpeados con el resto, un submarino lanzó más de 24 misiles Tomahawk contra Isfahan, completando el ataque con aproximadamente 75 armas guiadas.

Fordow y Natanz son centros de enriquecimiento de uranio, mientras que Isfahan alberga tecnología nuclear, la operación buscaba paralizar la capacidad de Irán para desarrollar armas nucleares, aprovechando la sorpresa total, ya que las defensas aéreas iraníes no detectaron los aviones ni respondieron.

El secretario de Defensa Pete Hegseth, calificó la operación como un “éxito abrumador” con daños extremadamente severos en los tres sitios, el general Dan Caine jefe del Estado Mayor Conjunto, confirmó que los cazas iraníes no despegaron y los sistemas de misiles tierra-aire no detectaron los aviones estadounidenses lo que subraya la efectividad del sigilo y la planificación.

Reacciones en Estados Unidos

En EE. UU., los republicanos del Congreso apoyaron mayoritariamente la operación, el senador Lindsey Graham la llamó “la decisión correcta”, mientras que el presidente de la Cámara Mike Johnson elogió la contundencia del gobierno, los senadores Tom Cotton, Mitch McConnell y John Thune también la respaldaron, destacando la necesidad de frenar a Irán tras el fracaso de la diplomacia. Muchos demócratas y algunos republicanos cuestionaron su constitucionalidad, ya que no hubo aprobación previa del Congreso.

El representante Jim Himes la calificó como una “clara violación de la Constitución”, y la líder de la minoría Hakeem Jeffries acusó al gobierno de “engañar al país”, figuras progresistas como Alexandria Ocasio-Cortez y Bernie Sanders la consideraron “inconstitucional” y “peligrosa” , sorprendentemente el senador John Fetterman (D-PA) la elogió como “el movimiento correcto”, el Consejo de Relaciones Islámico-Americanas la condenó como un “acto de guerra ilegal.

Irán reaccionó con indignación, el ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi, denunció el ataque como una violación temeraria de la Carta de la ONU, la Organización de Energía Atómica de Irán lo calificó de “acto bárbaro” que violaba el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), prometiendo acciones legales y la continuación de su programa nuclear. Mehdi Mohammadi afirmó que anticiparon el ataque, evacuaron Fordow y no sufrieron daños irreversibles, las fuerzas armadas iraníes identificaron las rutas de vuelo y prometieron seguir atacando a Israel, el parlamento votó por cerrar el Estrecho de Ormuz, aunque requiere ratificación, el 23 de junio Irán respondió atacando una base estadounidense en Qatar.

El primer ministro Benjamin Netanyahu describió la operación como una decisión audaz y un punto de inflexión histórico, afirmando que EE. UU. hizo lo que ningún otro país pudo, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, la llamó una decisión audaz para EE. UU., Israel y la humanidad, y el presidente Isaac Herzog destacó que fue un momento de triunfo para la libertad y la seguridad.

Aunque la operación causó daños significativos, análisis iniciales sugieren que no logró desmantelar completamente el programa nuclear iraní, la retaliación iraní contra una base en Qatar y la amenaza de cerrar el Estrecho de Ormuz aumentan el riesgo de un conflicto regional más amplio, la falta de aprobación del Congreso ha generado un debate constitucional en EE. UU., mientras que la condena de países como China y Rusia complica los esfuerzos diplomáticos.

La operación refuerza la alianza EE. UU.-Israel, pero también polariza a la comunidad internacional. La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) advirtió que los ataques podrían colapsar el régimen de no proliferación nuclear, la diplomacia será crucial para evitar una escalada, pero las tensiones actuales sugieren un camino difícil hacia la estabilidad.

La Operación Martillo de Medianoche fue un audaz intento de EE. UU. por frenar el programa nuclear iraní, ejecutado con precisión militar y secretismo. Sin embargo, sus consecuencias están lejos de resolverse, mientras Israel celebra y los republicanos estadounidenses aplauden, las críticas internas y externas subrayan los riesgos de una acción unilateral, con Irán prometiendo continuar su programa nuclear y responder militarmente, el Medio Oriente enfrenta un futuro incierto, la comunidad internacional debe priorizar la diplomacia para evitar un conflicto mayor, en un momento en que la paz regional pende de un hilo.

 

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