Entre julio y septiembre, la Alianza Atlántica refuerza su flanco oriental, responde a incursiones aéreas y lanza ejercicios estratégicos, mientras rechaza la intimidación militar del Kremlin
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha intensificado sus preparativos militares y diplomáticos para enfrentar cualquier escenario de confrontación con Rusia, la decisión, respaldada por los principales líderes de la Alianza responde a una serie de maniobras militares rusas, incursiones aéreas en territorio aliado y declaraciones que según Bruselas constituyen amenazas veladas de uso nuclear.
El mensaje de la OTAN es claro: no habrá espacio para la intimidación, la Alianza se prepara para defender su territorio, sus principios y a sus miembros sin ceder ante la retórica cobarde por parte del Kremlin.
A principios de julio, informes de inteligencia revelaron un aumento en la actividad aérea rusa cerca de las fronteras de Polonia, Lituania y Noruega, drones de vigilancia penetraron el espacio aéreo polaco en al menos tres ocasiones, lo que llevó a Varsovia a elevar su nivel de alerta y solicitar asistencia técnica a la OTAN.
El ministro de Defensa polaco, Andrzej Nowak, declaró que “la seguridad de nuestras fronteras no es negociable, cada incursión será tratada como una provocación”. La OTAN respondió con el despliegue de unidades de reconocimiento y defensa antiaérea en la región de Suwalki, un corredor estratégico que conecta los países bálticos con el resto de Europa.
Agosto: maniobras y advertencias
En agosto Rusia y Bielorrusia anunciaron el inicio de los ejercicios Zapad-2025, una serie de maniobras militares conjuntas que involucraron más de 100.000 soldados, 247 buques y 333 aeronaves, las operaciones se desarrollaron en 41 polígonos militares, incluyendo cuatro en suelo bielorruso, y contaron con la participación de delegaciones extranjeras, entre ellas India e Irán.
Irán un país represor, no es de extrañar su asociación con dos países con gobiernos represores, pero India está tomando una posición riesgosa ante occidente, dejando en duda la orientación de su gobierno de Modi.
Lo que encendió las alarmas en Bruselas fue la inclusión de simulaciones con armas nucleares tácticas y misiles balísticos hipersónicos Oréshnik, aunque Moscú insistió en que los ejercicios eran defensivos, el momento y la escala fueron interpretados como una demostración de fuerza dirigida a Occidente.
El presidente ruso, Vladimir Putin, supervisó personalmente la fase final de los ejercicios el 16 de septiembre, vestido con uniforme militar en una imagen que evocó los días más tensos de la Guerra Fría.
Septiembre: respuesta firme de la OTAN
Ante la escalada el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, anunció la iniciativa “Centinela Oriental”, un despliegue reforzado en el flanco este con participación de Dinamarca, Francia, Reino Unido, Alemania y otros socios. Esta es la mayor concentración de violaciones del espacio aéreo de la OTAN que se haya visto, no se trata de incidentes aislados, sino de una estrategia de presión”, afirmó Rutte.
El dilema nuclear
La retórica del Kremlin, que incluye insinuaciones sobre el uso de armas nucleares tácticas, ha sido calificada por líderes occidentales como “desesperada” y “cobarde”. Aunque la OTAN mantiene una política de disuasión, sus líderes han dejado claro que no cederán ante amenazas.
La incapacidad militar demostrada por Rusia en el conflicto de Ucrania deja sentado que no tiene la fuerza, la tecnología y las estrategias para enfrentar militarmente a las naciones fuertes de occidente.
La postura europea
El ministro de Defensa alemán Boris Pistorius, advirtió que el conflicto en Ucrania podría extenderse a países vecinos, escuchamos amenazas del Kremlin casi a diario, la más reciente dirigida a nuestros amigos en los Estados Bálticos, comentó en una entrevista con el periódico Tagesspiegel.
Desde Kiev, el presidente Volodímir Zelenski ha celebrado los movimientos de la OTAN como una señal de que Occidente no bajará la guardia. “Cada ejercicio, cada despliegue, cada declaración firme es una señal para Rusia de que Ucrania no está sola, está frente a una alianza que no se rinde”, dijo en una rueda de prensa.
Ucrania, aunque no es miembro formal de la OTAN, ha recibido apoyo militar, logístico y humanitario por parte de varios países de la Alianza. La guerra, que ya supera los 3 años, ha transformado la percepción de seguridad en Europa y ha acelerado la integración de países como Finlandia y Suecia.
La OTAN ha demostrado que está preparada para confrontar a Rusia en cualquier escenario. Los ejercicios militares, las declaraciones de sus líderes y la movilización estratégica son señales de que la Alianza no permitirá que el miedo nuclear condicione sus decisiones.
La desinformación y las amenazas tácticas son parte del paisaje, la OTAN apuesta por la claridad, la preparación y la unidad. Y aunque el camino hacia la paz sigue siendo incierto, lo que está claro es que la Alianza no retrocederá ante el chantaje.