El Comité Noruego del Nobel sorprendió al mundo este 10 de octubre al anunciar que la líder opositora venezolana María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025. El reconocimiento, uno de los más prestigiosos del planeta, fue otorgado por su “incansable labor en favor de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
Machado, de 58 años, recibió la noticia en la clandestinidad, desde hace meses, permanece oculta tras denunciar fraude electoral y enfrentar persecución por parte del gobierno de Nicolás Maduro. Su reacción fue breve pero contundente: “Estoy en shock, este premio no es para mí, es para todos los venezolanos que no se han rendido”.
Ingeniera industrial de formación, María Corina Machado ha dedicado más de dos décadas a la defensa de la democracia en Venezuela, fundadora del movimiento político Vente Venezuela y cofundadora de la asociación civil Súmate, ha sido una figura constante en la oposición al chavismo desde sus inicios.
Su activismo ha tenido un alto costo personal, ha sido inhabilitada políticamente, agredida en actos públicos, amenazada y perseguida. A pesar de ello, ha mantenido una postura firme, sin negociar principios ni ceder ante presiones. “La libertad no se mendiga, se conquista”, ha repetido en múltiples ocasiones.
El Comité Nobel la describió como “uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía civil en América Latina en los últimos tiempos”, su lucha, según el comunicado oficial, representa una esperanza para quienes enfrentan regímenes autoritarios en la región.
Reacciones divididas en América Latina
La noticia generó reacciones inmediatas en todo el continente, en Argentina, el Club Político Argentino celebró el galardón como “un símbolo de resistencia democrática” y destacó el coraje de Machado frente a 26 años de autoritarismo, en Colombia, sin embargo, el presidente Gustavo Petro expresó su desacuerdo, cuestionando públicamente la decisión del comité y recordando antiguos vínculos de Machado con líderes internacionales que él considera polémicos.
En Venezuela miles de ciudadanos expresaron su apoyo en redes sociales, el gobierno de Maduro guardó silencio, algunos analistas interpretan esta actitud como una estrategia para minimizar el impacto del reconocimiento internacional.
¿Podrá recibir el premio en Oslo? Una de las incógnitas más comentadas es si María Corina Machado podrá viajar a Oslo para recibir el Nobel el próximo 10 de diciembre, el presidente del Comité Nobel, Jørgen Watne Frydnes, declaró que “existe una situación de seguridad que debe resolverse primero”, aunque el deseo del comité es contar con su presencia, la posibilidad de que el régimen impida su salida del país es real.
Machado, por su parte, no ha confirmado si intentará asistir, en entrevistas recientes, ha reiterado que su prioridad es permanecer cerca del pueblo venezolano. “No me voy a ir, mi lucha está aquí”, dijo en una transmisión en vivo semanas antes del anuncio.
El Nobel de la Paz no solo reconoce una trayectoria individual, también envía un mensaje político y ético al mundo, en este caso, el galardón parece ser una respuesta a la creciente preocupación por el debilitamiento de la democracia en América Latina. Países como Nicaragua y Bolivia han sido señalados por organismos internacionales por prácticas autoritarias, y el caso venezolano sigue siendo uno de los más graves.
Para muchos, el premio a Machado es una forma de visibilizar la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela, marcada por el éxodo de más de siete millones de personas, la escasez de medicinas y alimentos, y la represión sistemática contra la disidencia.
