Televisa Leaks: El palomar, fábrica de mentiras, ataques y manipulación en la televisora más grande de México

El reciente escándalo conocido como TelevisaLeaks ha sacudido los cimientos de la industria mediática mexicana. A partir de una filtración masiva de más de cinco terabytes de datos internos, la investigación reveló operaciones clandestinas dentro de Televisa, la empresa más influyente en habla hispana, dedicadas a fabricar noticias falsas, manipular imágenes, atacar competidores y favorecer intereses políticos. En el centro de esta turbulencia está Germán Gómez García, un joven ex colaborador de Televisa que proporcionó la información que destapó estas prácticas secretas.

Germán Gómez García trabajó en Televisa durante casi ocho años, sin contrato formal ni prestaciones laborales, y fue a través de una ruptura laboral que decidió filtrar el material confidencial a Aristegui Noticias. Su ingreso a la televisora fue gracias a la recomendación de su tío, el periodista Salvador García Soto, aunque esta relación familiar terminó en conflicto debido a acusaciones públicas y desacuerdos en torno a sus acciones y diagnóstico de salud mental.

Desde el inicio, Germán ha negado las acusaciones de extorsión, robo y uso indebido de material audiovisual que se difundieron por parte de Javier Tejado Dondé, líder del grupo clandestino “Palomar” dentro de Televisa, y ha denunciado discriminación y estigmatización basada en su diagnóstico psiquiátrico. Asegura que su única exigencia fue una compensación justa por su trabajo en la televisora la cual nunca fue reconocida adecuadamente.

El palomar: el motor de la guerra sucia en televisa

La base de la investigación de TelevisaLeaks se centra en el funcionamiento del grupo denominado “Palomar,” un equipo clandestino que operó desde 2018 hasta 2024 dentro de las oficinas de Televisa ubicadas en Chapultepec, Ciudad de México. Este grupo estuvo coordinado por Javier Tejado Dondé, entonces vicepresidente de la oficina de información, con la participación directa de empleados internos y colaboradores externos, incluyendo la empresa Metrics especializada en campañas digitales y manejo de bots.

Las evidencias expuestas indican que el grupo Palomar creó y difundió videos, fotos, chats falsos, audios manipulados y noticias fabricadas con el propósito de atacar a rivales políticos, empresarios y periodistas críticos, así como proteger los intereses económicos de Televisa, para ello, empleó una red de bots, perfiles falsos y páginas web diseñadas para amplificar la desinformación.

Ataques a competidores: Carlos Slim, Ricardo Salinas y tv azteca

Uno de los aspectos más destacados de la filtración es la sistematicidad con que Televisa a través de Palomar atacó a sus principales competidores en los sectores de telecomunicaciones y medios. Carlos Slim Helú y su conglomerado Grupo Carso fueron objeto de campañas de desprestigio, principalmente tras el colapso de la Línea 12 del Metro en 2021, donde se promovió la narrativa que culpaba exclusivamente a Grupo Carso, invisibilizando la participación de otras empresas como Ingenieros Civiles Asociados (ICA), adicionalmente, en 2017, existió una campaña para afectar a América Móvil en la competencia por los derechos de transmisión de la Selección Mexicana de fútbol.

Por otro lado, Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca y uno de los rivales directos de Televisa en materia de audiencia, fue blanco constante de estas campañas sucias, documentos filtrados revelan cómo se diseñaron ofensivas en redes sociales que incluían la utilización de bots, creación de conversaciones falsas en WhatsApp, fabricación de contenidos difamatorios y alianzas con medios afines para desacreditar su imagen pública. Estas operaciones buscaban no solo socavar su posición en el mercado, sino también debilitar su influencia política y empresarial.

Manipulación y fabricación de evidencias

El caso también expone la elaboración deliberada de falsificaciones para tratar de desacreditar a figuras clave, uno de los ejemplos más graves fue la creación de videos en los que empleados de Televisa como Karla Aguilar y Juan Manuel Torres actuaban como padres indignados en denuncias falsas de abuso sexual infantil, utilizadas para atacar al magistrado Jorge Arturo Camero Ocampo en un conflicto con el Colegio Westhill, para reforzar la credibilidad de esta campaña, insertaron logos de cadenas internacionales como CNN y utilizaron imágenes de personas sin relación alguna con la acusación.

La periodista Carmen Aristegui y su medio digital fueron objetivos privilegiados de la maquinaria de desinformación, el grupo palomar fabricó chats falsos para vincularla con supuestos pagos ilegales, manipularon videos para mostrarla con una risa de complicidad y orquestaron amplias campañas de desprestigio mediante el uso de bots, cuentas falsas y medios aliados, todas estas acciones fueron una respuesta directa a las investigaciones críticas que Aristegui Noticias realizaba contra Televisa.

No sólo la competencia empresarial fue blanco de estas campañas, sino también actores políticos, los documentos demuestran que el grupo palomar operó con el aval y bajo la supervisión de altos ejecutivos de Televisa como Bernardo Gómez Martínez y Alfonso de Angoitia Noriega, quienes asumieron cargos de copresidentes ejecutivos tras la renuncia de Emilio Azcárraga Jean en octubre de 2024 por una investigación de corrupción en Estados Unidos.

Las operaciones favorecieron la imagen de figuras políticas afines, en particular del expresidente Andrés Manuel López Obrador y del partido Morena, mediante campañas positivas y ataques dirigidos a adversarios políticos. La empresa Metrics involucrada en la ejecución de estas campañas, recibió contratos millonarios, incluido uno por 47 millones de pesos otorgado durante la presidencia de Arturo Zaldívar, figura beneficiada por estos esquemas para fortalecer su imagen como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El periodista Salvador García Soto, tío de Germán, reconoció haberlo recomendado para trabajar en Televisa de buena fe, pero deslindó responsabilidades respecto a las filtraciones realizadas por su sobrino y lo calificó como una persona con problemas psiquiátricos, lo acusó de haber sido denunciado por robo de equipo en la empresa. Germán por su parte, desafió las acusaciones y pidió claridad sobre los videos en los que se le acusa de sustraer material, reforzando su narrativa de injusticia laboral y persecución.

Este es un caso emblemático que expone cómo una poderosa empresa mediática utilizó un equipo clandestino para fabricar mentiras, manipular imágenes, destruir reputaciones de competidores y beneficiar intereses políticos y económicos. Germán Gómez García a través de la filtración de esta información, ha sido un actor clave en sacar a la luz prácticas que dañan profundamente la credibilidad de los medios y afectan el tejido democrático.

La investigación no sólo desnuda el entramado tecnológico y operativo detrás de la desinformación, sino también trae a la superficie la precariedad laboral y la lucha por el reconocimiento de derechos laborales dentro de una de las empresas más emblemáticas de México. Este caso marca un hito para la transparencia, la ética periodística y la defensa de la justicia social en el país.

La sociedad mexicana enfrenta ahora el desafío de exigir respuestas, sanciones y reformas que eviten que estas prácticas se repitan y que restauren la confianza en los medios de comunicación como pilares fundamentales de la democracia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *